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La Jara

Su planta más característica, la jara, da nombre a esta rica comarca en la que perderse para encontrar parajes naturales únicos bañados por los ríos Huso, Pedroso, Gévalo o Sangrera. Una tierra con historia, la de los verracos ibéricos, las de los restos romanos o la de los antiguos oficios como la guarnicionería. Unos pueblos que atesoran una gastronomía tradicional basada en platos sencillos con productos de la tierra, de su ganadería y de su abundante vida cinegética. Una comarca que huele a matorral y sabe a migas y miel, que invita a perderse por sus rutas senderistas y su Vía Verde, y que muestra sus monumentos y artesanía al visitante.

 

Su flora y fauna

La comarca de La Jara se caracteriza por la cantidad de jara común (cistus ladaniferus) que prolifera en sus ricas tierras; así, esta planta se convierte en símbolo de la comarca, conviviendo con brezos, retamos, lentiscos o coscojas. Una flora rica de se saborea en la miel de calidad que se produce en la zona, y que convive con olivares, pinares y alcornocales, y un abanico cinegético variado. La Jara se caracteriza por su caza menor, especialmente perdices, torcaces y liebres, y caza mayor, con jabalíes, corzos y venados. Además, es zona de rapaces, pudiendo avistarse especies como el águila imperial ibérica, el buitre negro o la cigüeña negra.

 

Su gastronomía

De su riqueza natural también se desprende una gastronomía típica jareña, donde los asados y estofados de perdiz, cordero o venado se acompañan con las tradicionales migas pastoras, las hortalizas de la tierra, o dulces típicos con su excelente miel. Sin olvidar los productos de las matanzas caseras, tan características de sus pueblos.

 

Sus monumentos

Parada obligatoria son las iglesias de la Inmaculada Concepción el Alcaudete de la Jara, del siglo XVI y considerada “la catedral de La Jara”, la iglesia de Santiago, del siglo XVI, en Aldeanueva de Barbarroya, o la de La Asunción en La Estrella. También en este municipio es visita ineludible el Dolmen de la Aldehuela, a 5 km del pueblo por el puente de la Anguilucha, (s. XVIII), un megalito funerario con 3000 años de antigüedad. La ermita de Nuestra Señora de Piedraescrita, declarada Bien de Interés Cultural, alberga valiosos frescos azulejería de cerámica de Talavera, de los s. XVI y XVII. Los molinos hidráulicos de Buenasbodas, la fuente de piedra de Belvís de la Jara o la estación de Pizarrita en El Campillo de la Jara son otros vestigios históricos, enclavados en la naturaleza, imprescindibles para adentrarse en esta comarca.

 

Naturaleza

Destacan el entorno recreativo de la Fuente de la Teja, donde existen piscinas naturales y una zona recreativa, en el municipio de Robledo del Mazo; la microrreserva Garganta de las Lanchas, espacio natural protegido, perteneciente a los municipios de Robledo del Mazo y Sevilleja de La Jara. Además, cuenta con Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) como los ríos de la margen izquierda del Tajo, el Rincón del Torozo o el complejo lagunar de La Jara.  La Red Natura 2000 también sitúa varias Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en la Jara: en la zona sudeste la ZEPA de los Montes de Toledo, y en la zona norte la ZEPA del Río Tajo en Castrejón, islas de Malpica de Tajo y Azután.

 

Rutas y senderos

Cuenta con 550 kilómetros de caminos transitables, enclavados en parajes de exuberante naturaleza, para disfrutar a pie, a caballo o en bicicleta. La Vía Verde de La Jara es una ruta de 52 km que recorre la antigua línea de ferrocarril que unía Calera y Chozas y Santa Quiteria; atraviesa seis viaductos y dieciocho túneles y se puede realizar fácilmente en bicicleta, a pie o a caballo.

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